martes, 6 de enero de 2015

EL ESTADO CONTRA LA 'ANARQUÍA'


«No me preocupa ETA, quienes, de verdad, me preocupan
son los anarquistas y el Movimiento Libertario.»
RODOLFO MARTÍN VILLA
(ministro de Interior, 1976-79)

    [Después del arresto de varias personas vinculadas al ámbito libertario, en la denominada 'Operación Pandora', una muestra más de la capacidad represiva del Estado contra las organizaciones sociales calificadas de «antisistema» y, por ende, de todo tipo de disidencia política, algo que para nada es nuevo en este país. En el número 62 (año 2001) de nuestra revista, titulado «Gladio, la espada de la contrainsurgencia» se hablaba sobre la Transición y la guerra sucia de esos años. Hay un párrafo que trata sobre «el caso Scala» y la persecución política y mediática que se hizo para desacreditar a la CNT (sindicato que no aceptaba los inefables Pactos de la Moncloa) y al Movimiento Libertario por el entonces ministro Martín Villa (y ahora procesado por la Justicia argentina)...]

«Por otra parte, aquellas fuerzas sociales que no encajaban en este proyecto democrático-burgués fueron marginadas y aún combatidas. Un claro ejemplo, fue y sigue siendo la CNT. La central anarcosindicalista ya había sufrido intentos fallidos de "verticalización" en los años 40 y 50 por parte de las células contrasubversivas del estado franquista (con el coronel San Martín a la cabeza), en complot con elementos colaboracionistas de la organización llamados "cincopuntistas", algunos de los cuales (José Cases, Marcos Nadal) fueron piezas claves en la fundación de la CGT (escisión reformista de la CNT) en los 80. Pero será a partir de la segunda mitad de los 60 cuando la labor de infiltración de agentes relacionados con las estructuras contrainsurgentes del Estado empiecen a dar resultados palpables. Uno de ellos era el agente secreto (y miembro de una logia "cubierta") Jacinto Guerrero Lucas. Lucas consiguió entrar en un núcleo anarquista clandestino de Madrid desde el cual tomó contacto con el exilio libertario en Francia, en el que llegó a formar parte de la DI (Defensa Interior), órgano que coordinaba la lucha libertaria antifranquista en el interior de España. Apoyándose en las Juventudes Libertarias, "el Peque" (tal era su alias) consiguió llevar valiosos militantes anarquistas a descabelladas estrategias armadas que acababan en la mayoría de los casos en la muerte de los mismos, pues Lucas informaba a las autoridades franquistas puntualmente de los movimientos de los libertarios. Igualmente, José Luis Espinosa Pardo se infiltró al movimiento libertario en los 70, para fomentar la formación de grupos armados (MIL, GARI). Pero el montaje policial contra la CNT más sonado ocurrió en Barcelona el 15 de enero del 78, cuando el agente provocador Joaquín Gambín Hernández (alias "el Grillo") incitó en medio de una manifestación convocada por CNT al lanzamiento de cócteles molotov contra la sala de fiestas "Scala". Tras este hecho se declaró un terrible incendio que trajo como consecuencia la muerte de cuatro trabajadores de dicha sala de fiestas, dos de ellos afiliados a la CNT. El asunto le supuso a la central anarcosindicalista un buen número de desafiliaciones además de una cruenta campaña de persecución política encabezada por Rodolfo Martín Villa, a la sazón ministro del Interior. Sólo con el paso de los años se llegó a descubrir que el incendio no fue provocado por los cócteles sino intencionadamente desde dentro de la sala cuyos propietarios (los hermanos Rivas) fueron generosamente indemnizados por la compañía aseguradora y que fue el señor Martín Villa el que ideó esta operación pagando a Gambín y a los propietarios del "Scala" con dinero procedente de los Fondos Reservados del Estado. Se castigaba así la solidez de principios de la CNT, única organización de masas que denunció la farsa de los Pactos de la Moncloa.»